martes, 13 de diciembre de 2011

Hola de nuevo querida negatividad.

Lo siento, pero no te echaba de menos. Por lo que veo mis días de felicidad han acabado, o por lo menos durante un tiempo. No sé exactamente que haces otra vez revoloteando por aquí, si sabes de sobra que no eres bienvenida. Y es que haces que mis días sean más grises y nublados de lo que ya son por si solos, me convences de que a ciertas cosas no podré llegar nunca, apagas mi optimismo y mis ganas de luchar, haces que me menosprecie, y cada vez que tu andas por mi cabeza me siento más sola de lo normal. ¿Qué se supone que te he hecho yo? ¿Y mi optimismo, qué te ha hecho él? ¿Por qué lo pateas y lo encierras cada vez que se te ocurre fastidiarme el día, la tarde, la noche o la semana entera? Él no te ha hecho nada, y quiere que yo sea feliz, no como tú que prefieres verme llorar a verme sonreír.



No hay comentarios:

Publicar un comentario